Quizá mi hora resultara temprana y nunca he sido demasiado convencional con los libros que me interesaban, o eso me ha parecido de cuando en cuando, pero yo leía otras cosas a los doce o catorce años que La tejedora de la muerte, un bodrio cuya lectura se encomienda a los nenes de algunos institutos, por lo que sé, de Madrid. Hacia la página treinta, ya se adivina el final. ¿Qué más se puede decir en detrimento de una novela de misterio, con afanes de género de terror?
Yo volvería a los de siempre. Pero no está en mi mano.
domingo, 16 de noviembre de 2008
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3 comentarios:
Pues hazlo. Les das otras cosas y que lean. Que le den al que se niegue (a profes me refiero).
Ya lo hago, claro.
Cada intelecto tiene su tempo, su estilo, sus heavy moments y su easy thinking. Ofréceles música variada :-)
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