No es fácil poner un título antes de escribir. No se sabe por qué derroteros deambulará cada post, si se orientarán a un mismo fin o si, por el contrario, desaparecerá toda coherencia a las primeras de cambio. Primero se trabaja; el título llega luego, por aquello de que los últimos... etcétera.
Han caído los dos es una canción excepcional. No representa, sin embargo, lo que aquí va. Acepto sugerencias.
He considerado "Tranquilación", que me hace gracia --soy así de simple-- y "Mi cerebro es una rosa", de un poema desgarrador de Panero sobre el que escribí unos propios hace años, que ya quedan demasiado lejos de quien soy (no hablaban de lo mismo, lo digo por las dudas).
Después de tanto andar muriendo, me he decantado, también de manera provisional, por En la línea de sombra. La novela de Conrad, ahí está. Esa edad en la que si no se decide la vida que se pretende llevar, la vida lo termina decidiendo a uno, sobre mí desde hace demasiado tiempo. Pero este no es un blog íntimo ni se debe esperar confesiones personales más allá de lo que dice de uno lo que piensa sobre este o aquel libro, sobre este o aquel autor. Todavía me resta decoro.
Vale.
sábado, 22 de noviembre de 2008
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