domingo, 16 de noviembre de 2008

Los girasoles ciegos: la peli

Fui a ver Los girasoles ciegos, la película, aun a riesgo de que me decepcionara. El director no me ha terminado nunca de convencer --salvo en La lengua de las mariposas, gracias, en buena medida, a Fernán Gómez--, pero la intervención del último Azcona fue incentivo suficiente sobre una ya extraordinaria base en el libro de Méndez.

Me decepcionó. Era de esperar.

Trata dos de las historias, lo cual es más que suficiente en algún sentido. Sin embargo, pese a Javier Cámara y Maribel Verdú, que no están mal, la interpretación cojea cada vez que aparece en pantalla el actor que hace de cura, cuyo nombre no me interesa recordar, además de que no lo hago de manera espontánea. Curioso lo que flojea una largometraje de tantas pretensiones como para emplear uno de los versos de la Fábula de Polifemo y Galatea, de Luis de Góngora: "infame turba de nocturnas aves", queda escrito en la gruta donde se ha cobijado la pareja huida, como si fuera la del cíclope. De poco sirve si no es para marcar la distancia entre lo que pudo ser y no fue y lo que finalmente ha sido. Dejemos descansar las letras de una de las mejores obras de la literatura española y olvidemos la película, gracias a la cual, no obstante, se ha vendido un poco más, como siempre.

Vale.

1 comentario:

Alfreda Landa dijo...

Jose Luís Cuerda es un gran director. Una mala tarde la tiene cualquiera.
Maribel Verdú las tiene todas.