martes, 2 de septiembre de 2008

No pienses en una gaviota

El libro de George Lakoff, No pienses en un elefante (2007 [2004]) dejando de lado algunos aspectos menores, como los defectos de estilo de redacción o las abundantes repeticiones, es un buen punto de partida para explicar, por extensión, la situación política española. La tesis que se sostiene sugiere que el debate político estadounidense se basa en conceptos procedentes de los marcos creados por los think tanks del partido republicano. En buena medida, muchos de tales marbetes han pasado a nuestro país, como el del alivio fiscal. No basta negar el marco, puesto que la negación misma lo implica; tampoco resulta posible oponerlo a los hechos, porque se ha demostrado que el marco se sobrepone. No se trata de una cuestión que involucre a la verdad, sino a la identidad. El trasvase de la identidad personal a la identidad política se produce a partir de la noción de padre estricto, tan dudosamente eficaz en la educación de los hijos, con la mediación de la metáfora de la nación como familia.

De ahí que la única propuesta aceptable consista en el cambio de marco de referencia a partir de los valores de los progresistas, que, a su entender, constituyen los verdaderos valores tradicionales americanos. En muchos casos, son los valores del género humano: la libertad, la pluralidad, la tolerancia, la igualdad, la salud pública y la educación para todos como corolarios de la solidaridad…

Una lectura del libro con la vista puesta en el caso español puede ser esclarecedora de algunas de las estrategias que hemos padecido en los últimos años. Dejando al margen el intento de estereotipación de Zapatero como un “bobo solemne”, hijo de un buenismo idiota, que forma parte de su noción de la madre en los valores de la familia de padre estricto, me preocupa el asunto de la guerra civil cultural, que aquí llamamos más bien crispación política, puede que dentro del marco establecido por el PP, que persigue dicho modelo. Me preocupa porque revive en el discurso del ala más dura el afán de justificar la historia reescribiéndola, para sostener la división de la sociedad, con lo delicado que es el temita en España, por no tratar de que pretende infundir miedo, como tan bien explicó Michael Moore en una de sus pelis, Farenheit 9/11, otro factor que beneficia la activación del patrón conservador de padre estricto en el común de los mortales. Qué mal se vive con miedo. Y estos señores pretender recuperarlo, mantenerlo y potenciarlo.

Mejor haz esto: No pienses en el puño y la rosa durante un minuto. A ver si eres capaz.

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