
Firmin da nombre a dos grandes personajes literarios. El de la novela de Lowry ya mencionada en este blog y la rata humana, demasiado humana, del libro de Sam Savage.
Despierta a la vida consciente el animalillo nacido, por uno de esos azares de la madre naturaleza, en una librería del Boston de los años 60, por devorar no solo en sentido literal los libros del establecimiento. Este ser sabio y frustrado por la imposibilidad de formar parte de la comunidad cultural a la que pertenece pero, a un tiempo, capaz de renunciar a su instinto sin ignorar su condición, pese a cierto zoofílico interés por las hembras descocadas de la especie humana con la fascinación por el cine de telón de fondo, conduce a reflexiones más o menos profundas sobre el ser humano entre guiño y guiño al lector, siempre con la sonrisa en los labios.
Vale.
P.S.: Las divertidas ilustraciones que incluye la edición de Seix Barral son de Fernando Krahn. La más que aceptable traducción, de Ramón Buenaventura.
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