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Ha muerto Delibes. He puesto a los niños de primero de la ESO como lectura El camino. Ya lo hice el año pasado. Cuando la releí, me pareció que en algunos aspectos podía resultar un tanto rancia pero, sorprendentemente, a los chicos les sigue gustando, en general, imagino que porque conserva ciertos valores imperecederos, como la amistad.
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He hablado de otro camino en este blog, el de Fesser. Ya entonces quise sugerir, aunque me fui por los cerros de Úbeda, las concomitancias entre la escena final de la película y el episodio del pajarillo en el libro que ahora recomiendo. En ambos casos, el engaño a los ojos, recurso tan querido en nuestra literatura áurea, es interpretado como intervención divina. Como milagro, en roman paladino. Pero milagro inexistente. No seré yo el exégeta de los modos o intenciones de cada cual.
Vale.